Empecemos desmitificando la idea de que un cuerpo perfecto, un trabajo perfecto, una pareja y/o familia perfecta te darán el éxito y la felicidad.
Porque no: La búsqueda constante de la perfección lo que te dará es sufrimiento, insatisfacción constante, y sentimiento de separación (de la vida, y de los demás. Por no decir, de ti misma).
Porque para sentirte en UNIÓN (por cierto, ¿sabías que “yoga” significa “unión”?), hay que unir las cosas que te gustan y las que no de ti, aceptar la imperfección con compasión y madurez (y no con exigencia extrema -caprichosa infantil-).
Aprender a vivir con lo bueno y lo menos bueno.
Ir dentro, con amor y compasión. Aprendiendo a ver lo bueno en la imperfección (que la hay).
En lugar de buscar cubrir faltas internas exigiendo “lo perfecto” fuera.
¿Sabías que detrás de una perfeccionista extrema hay de hecho una niña que sólo busca aprender a ser amada y valorada por quien es, en lugar de por los logros y lo que hace?
Así que consejo número 1:
Como mujer adulta que eres hoy: AMALA.
AMA a tu niña interior que busca ser amada y valorada por lo que es, y no por lo que hace. Y para conseguirlo, empieza por ti: Valora quien eres, cada día, independientemente de lo que consigues o no hacer.
Aquí unos consejos prácticos para empezar a salir de una relación tóxica con el perfeccionismo propio:
💗 Pon la intención en valorar progreso por encima de perfección
💗 Toma tiempo para ti, de calidad: El sueño, la meditación y el ejercicio te mantienen centrada y con la mente abierta.
💗 Habla contigo misma como lo harías con un amiga: Des del entendimiento, la empatía, y la amabilidad.
💗 Sustituye crítica y juicio, por curiosidad y aprendizaje
💗 Acepta hacer cosas que te sirven y beneficien tus prioridades, y atrévete a decir no a lo que no te sirve (recuerda que decir no a algo, es decir que SI a, tal vez, ti misma).
💗 Fallar significa que intentaste algo. Celébralo. Piensa en lo que salió bien, de lo que estás orgullosa, lo que aprendiste y lo que podrías hacer de manera diferente.
💗 Pide ayuda. Pedir ayuda es sano, te nutre y nutre a los que te ayudan, y es de valientes (y no de débiles). Además das la oportunidad a los demás de sentirse mejor.
💗 Cada día, antes de dormir, escribe 3 cosas por las que das las gracias hoy, déjate impregnar por ese sensación
💗 Amate mucho. Mucho. Como si tu vida dependiera de ello.
Si te ha gustado, comparte con aquellas personas a las que estas palabras las puedan aliviar 💗.
AMANDO, SANAMOS.
PD: Si quieres ir un paso más allá en transformar miedos internos por amor radical, considera mi curso online «Empodérate día a día», aquí. Sabrina, que acabó el curso recientemente, comparte «Este curso me ha permitido recordar mi valor, y aprendido a valorarme por quién soy 💗.»