No es lo que te ocurre en la vida, es cómo tu respondes a ella
Cuantos segundos al día dedicamos a quejarnos.
A subrayar lo que nos falta, lo que desearíamos que no tenemos, lo que no funciona bien…
Y cuanto tiempo dedicamos a parar esa rueda mental (en la que parece que sea un conejito que no para de rodar sobre su rueda enjaulada, que maneja nuestra mente, de manera automática sin parar ni pensar ni tomar distancia), a conectar con la gratitud, para dar gracias por todo lo que sí tenemos, por todo lo que hemos logrado, por todo lo que no valoramos y damos por sentado pero que, en algún lugar del mundo, eso que tu no valoras se convierte en el bien más deseado, como…
- Ducharse con agua caliente cada mañana, o yendo aún más lejos, el simple hecho de tener agua cuando la necesitas y para lo que la necesites;
- de tener la habilidad de leer, de reflexionar; de tener un cobijo; de tener con qué vestirte;
- de la apreciación de tus amigos, del mimo y amor incondicional de tus seres queridos;
- de la gente que te felicita por tu aniversario cada año;
- de la situación que vives hoy, ahora;
- de todo lo positivo que ha contribuido a quien eres tu hoy,
- de todas las personas que te han acompañado en tu camino;
- de tener de qué comer;
- de todos aquellos agricultores que han recogido las verduras, frutas y hortalizas en el campo, cultivándolas una a una, para que tu las puedas disfrutar y comer cuando estén en tu mesa sin que tu hayas hecho nada para crearlas;
- de los que han construido la mesa que tienes en tu salón;
- de las sonrisas que tantos desconocidos te han regalado sin más…
Te invito a que cierres unos segundos los ojos, y repases mentalmente todo lo que sí tienes, dando valor a lo que hasta ahora tal vez has estado dando por sentado, que te sientas agradecido por todo lo que has recibido, por quien eres, y por la real abundancia que te rodea.
Para los que tenemos hijos, con la falta de sueño y la falta de tiempo para nosotros mismos o para descansar cuando realmente lo necesitamos, aun se convierte en más importante que, en esos momentos críticos en los que nos damos cuenta que nos posicionamos en modo «víctima constante», retomemos las riendas de nuestra vida y nuestras emociones, y aún habiendo tenido sólo 3 horas de sueño, como yo esta noche, saber dar las gracias por haber podido crear una nueva vida y que ésta, seguramente, te ame apasionadamente; por haber podido dormir en una cama caliente, aunque sea poco… por TENER EL PODER EN TI de decidir con qué actitud decides vivir hoy tu vida 🙂
Esta mañana mismo, sin darme cuenta, había decidido que estaría de mal humor por la mañana, porque mi bebé no me ha dejado dormir lo que yo hubiera deseado dormir… hasta que he detectado que yo misma me estaba creando miseria a mí misma…
Somos los dueños de nuestra propia vida, somos nosotros mismos los creadores de nuestra propia felicidad y realidad. Cuando me he dado cuenta, he conectado con lo que yo quiero vivir hoy, con cómo me quiero sentir, y que tengo el poder de cambiar de actitud para vivir como quiero vivir. Con una actitud de gratitud, optimista, de aceptación, creativa, y resolutiva, girando la tortilla como me gusta decir a mi 🙂
Te invito a escuchar este corto video, sobretodo en tus días bajos o en los que sientas que la situación puede contigo, que sin duda te va a dejar con las emociones a flor de piel, y deseo que contribuya a que hoy, ahora, vivas con sonrisas que nacen de tu corazón, sintiendo la abundancia que existe en tu vida, lo afortunado que eres, lo maravillosa que es la vida, incluso en aquellos momentos difíciles, dándote cuenta de que, la decisión de cómo vivir tu vida y afrontar tu situación de ahora, de este preciso instante, depende solo de ti 🙂 El poder contagiador, influenciador y multiplicador de la actitud:
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